Me levanté temprano, quería que mi día
fuese perfecto, tomé a Bobby mi perro, le puse su correa y salimos a caminar,
corría por el parque a una velocidad normal mientras mi Bobby me marcaba la
ruta, se ponía como loco cuando pasaba una mariposa por delante de él y corría
tras de ella para alcanzarla. Pronto nos vimos en un lugar que no había
visitado en mi vida, era muy lindo, un jardín rodeado de flores hermosas y en
medio de él había una fuente de la cual salía un agua tan cristalina como jamás
había visto.
Estaba tan a gusto que me senté a
contemplar la belleza de aquel lugar, mi perro jugueteaba en el pasto, de
pronto una voz interrumpió mis cavilaciones, no podía encontrar su proceder,
pero pronto supe que provenía de la fuente, me acerqué y en el agua se formó el
rostro de una mujer, al principio me espanté, pero luego me perdí en sus
hermosos ojos de un azul turquesa tan apacibles que parecían el mar en calma.
Después de eso no recuerdo nada hasta que desperté en mi cama durante la tarde,
pues el sol se estaba ocultando.
En lo primero que pensé fue en mi perro ya
que no recordaba cómo había llegado a casa, Salí a mi garaje y no había rastro
de Bobby, Salí a buscarlo, calle tras calle hasta llegar al parque donde lo
había visto por última vez, traté de encontrar aquella extraña fuente pero me
fue imposible ya que no recordaba como llagar hasta allí, busque como loco por
las otras áreas del parque pero no vi rastro de mi perro y al final ya entrada
la noche tuve que regresar a casa muy triste por mi fiel amigo y al llegar mi
rostro se iluminó pues Bobby me estaba esperando en la puerta.
Por alguna extraña razón me sentía muy
cansado aunque la gran mayoría del día me lo había pasado durmiendo, al menos
eso creía, por lo que de inmediato me fui a la cama, ni siquiera me dio tiempo
de contar el extraño día que había tenido a mi esposa, pues el sueño me venció
en cuanto me acosté. A la mañana siguiente desperté un poco más descansado
aunque estaba muy inquieto pues durante toda la noche había soñado con la mujer
que había salido de la fuente y más con sus ojos que parecían hipnotizarme y
llevarme a otro mundo.
Como todos los días me dispuse salir a dar
una caminata, cuando salí de mi habitación una extraña visión me perturbó para
toda mi vida, la mujer que había visto la noche anterior estaba de pie en medio
de mi sala, al verme me sonrió pero yo no pude más que poner una cara de
horror, pues a sus pies se encontraba mi esposa con el rostro morado y una
mueca de dolor, estaba muerta, no sé cómo lo supe, pero lo sabía, la extraña
mujer camino hacia mí, tengo que admitirlo era muy bella, estaba desnuda y
dejaba ver un cuerpo muy escultural.
Traté de correr pero mis pies estaban como
pegados al piso, lancé un grito ahogado que no pudo oírse y cuando sentí que lo
peor venía caí nuevamente en un profundo sueño. Desperté a mitad de la
madrugada empapado en sudor y con mis manos temblando traté de despertar a mi
esposa quien dormía a mi lado, pero me llevé una gran sorpresa pues era la
mujer de la fuente la que estaba en su lugar. Un gran miedo me invadió y traté
de salir de la cama, en eso una de las manos de la mujer sujeto uno de mis
brazos…
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