Esta historia me la contó mi abuelita y
ocurrió en una finca en donde ella nació.
Se decía, que cerca de esa finca, llamada Santa lucia habitaba un brujo, el cual se convertía en un nahual, adquiría
forma de gato o perro, pero con un tamaño descomunal, este hombre era conocido
por ser un brujo que tenía malas mañas, ya que cuando tomaba la forma del nahual,
se metía en las casas de las personas y las “chupaba” y fisgoneaba mientras dormían, sobre todo a las mujeres jóvenes. Estas al despertar
presentaban moretones en las piernas y brazos donde aparentemente eran “chupadas”
por el brujo.
En una ocasión, unas personas
vieron al brujo en un monte lejano, ahí el nahual se estaba transformando, y marcaron
el lugar. Después de que el brujo se fue, ellos acudieron a avisar a los demás
pobladores pero ese día, no pudieron hacer nada y se pusieron de acuerdo para
actuar al siguiente, pues ya habían marcado el lugar en donde se transformaba
el brujo.
Al día siguiente, como a las seis
de la tarde, un grupo de personas se reunieron y se escondieron cerca del lugar
en donde se transformaba el nahual, cuando este llegó e inició su
transformación, pudieron escuchar que decía, como una fórmula mágica, “baja
cuero, baja cuero, baja cuero” y cuando termino de decir esto, vieron como la
piel del hombre estaba en el suelo, después el brujo se paró sobre la piel de
un animal parecido a un coyote, y decía, “sube cuero, sube cuero, sube cuero”,
con esto adquirió la forma del animal y se fue corriendo a realizar sus
maldades típicas.
Entonces, cuando se percataron de que el nahual ya no regresaría, los pobladores, le pusieron sal curada con orina a la piel del brujo, provocando que esta se curtiera y se volvieron a esconder para esperarlo y golpearlo, en venganza de todos los males que había cometido.
Cuando por fin regresó el brujo, este
se quitó la piel del animal, de la misma forma que se quitó la suya
anteriormente y quiso recuperar su piel diciendo:” sube cuero, sube cuero, sube
cuero”, pero se dio cuenta de que no podía, y para no quedar desprotegido se puso
rápidamente la del animal, cuando se disponía a escapar, aparecieron los
hombres con palos y machetes y le pegaron hasta medio matarlo.
Moribundo lo amarraron en un
poste, en donde suplicaba que lo dejaran ir, porque no podía ser humano de
nuevo y no iba a ser más maldades, después se reunieron todos los pobladores y
decidieron dejarlo ir, por temor a que lanzara alguna maldición contra el
pueblo. A partir de ese momento el brujo vagó con la forma de coyote y nunca pudo ser
humano de nuevo, pero como seguía molestando a la gente, mordiéndoles y
revolcándolos, lo cazaron de nuevo y lo mataron.
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