Relatos de terror

La justicia es ese valor que sin duda todo el mundo necesita, pero que pasa cuando personas como Susan o Alex desvían este sentimiento a una acción por la más reprobable, simplemente con el anhelo de buscar justica… ¿Que lleva a una persona a cometer uno de los peores crímenes, matar a uno de sus similares? Caín mato a Abel por celos y envidia, pero en el mundo actual hay muchos más motivos, estos pensamientos rondaban la cabeza de Alex un estudiante de criminología, daba vueltas en su cama sin poder dormir, ¿nervios o simple insomnio?, lo importante que al día siguiente tenía que estar muy descansado, se levantó de improviso, encendió su lámpara de noche y de uno de los estantes que había a lado de su cama tomo un libro, algo maltratado, más por el intenso uso que por descuido, hizo la señal de la cruz y comenzó a leer. La biblia había calmado su espíritu perturbado, se ponía así cada vez que veía a un hombre matar a su hermano en cristo, por cuestiones tan simples como

Las contiendas políticas siempre son escenarios difíciles, pero hay personas que por dar toda su vida, esfuerzos y sufrimientos a la política, no están dispuestos a perder, sin antes haber agotado todos los recursos que les darían el gane, incluyendo deshacerse de sus rivales. Imagínate encerrado en una caja de madera, simplemente con un metro cubico de espacio, sientes como segundo a segundo se agota el oxígeno, sin un solo rayo de luz, te desvaneces en la oscuridad, para muchos esto es terrible, para otros algo que jamás les ocurrirá, pero para un pequeño porcentaje de la población es una verdad que experimentaron y nunca pudieron contar. Sebastián era un acaudalado político de la sierra mexicana, en su campaña para ser presidente municipal, hizo muchos compromisos, darle alimentación y dinero a los pobres, más trabajos y seguridad e incluso salud y saneamiento para la comunidad, esas eran sus principales propuestas. Con 66% de los votos en las encuestas previas estab

Una narración corta escalofriante que nos hace recordar porque de pequeños le temíamos a la oscuridad… Hay veces que sentimos que nos observan al dormir, no sabemos por qué pero lo sentimos, una mirada fija sobre nuestra cabeza, queriendo tomar contacto con nuestros ojos, levantamos la mirada y si tenemos suerte solo veremos oscuridad alrededor de nuestra cama, pero en ocasiones acostumbramos a dormir con una lámpara de noche y ahí todo cambia, porque simplemente la fuente luminosa proyecta sombras algunas muy familiares como la gran sombra del ropero o las pequeñas sombras de las cosas que témenos en nuestra habitación. Pero otras veces hay una sombra que no parece pertenecer al entorno, no es recta como para pertenecer a los muebles y aunque es algo humanoide no pertenece a los peluches o muñecas, es de algo más siniestro, algo que no tiene nombre o si lo tenía ya fue olvidado por que solo se aparece en las penumbras, donde los mortales reposamos. Pero muchos si lo

Esta historia es muy común en muchas carreteras del país e incluso me atrevería a decir que en el mundo, muchas personas creen que son fantasmas o demonios, pero en esta ocasión fueron un par de duendes… Cierta ocasión un amigo me comento que un día cuando iba conduciendo muy noche por una carretera algo solitaria del estado de   Chiapas   al pasar cerca de un claro, iluminado a penas por la tenue luz de la luna, vio dos siluetas pequeñas que caminaban a la par de la carretera, conforme se iba acercando a las siluetas, se convencía de que se trataba de niños pues ambas no alcanzaban el metro de estatura, siguió manejando pensando en que podrían hacer dos niños, a las tres de la mañana solos y lo peor de todo en un lugar donde no se veían casa cercanas, pensó en detenerse y preguntar si les había ocurrido algo pero al verlos a escaso metros cambio de opinión pues tenía pinta como de demonios con los ojos rojos, orejas terminadas en punta y una macabra sonrisa en su rostro, acel

La historia de una ama de casa llamada Susan quien al verse engañada por su esposo, decide matarlo, matarlo de una forma muy violenta… Una lagrima me rodó por la mejilla, mientras oprimía el gatillo, luego la persona a la que amaba yacía en el suelo con un pequeño agujero por arriba de su ceja, las cejas que una noche antes bese con pasión y un agujero enorme donde debería estar el hueso occipital, una mezcla viscosa de huesos, sangre y sustancia gris esta esparcida por la pared y el respaldo de la silla que gracias a ser de fuerte cedro no había caído con el impacto, el plato de arroz frito que le había servido aun humeaba en la mesa, como me hubiera gustado ver su cara de asombro y dolor cuando se diera cuenta que tenía veneno, raticida para que muriera como la alimaña que es, o que más bien fue mientras vivía, tenía hambre y no iba a dejar que unos cuantos sesos desparramados me dejaran sin comer, ya habría tiempo para limpiar ya hasta había comprado cloro y ácido para desh