Sapos negros.

Los sapos siempre se han vinculado con las prácticas de hechicería y brujería, esta historia se centra en este hecho haciendo hincapié en la forma en que supuestamente estos animalitos absorbían y transferían los “malos aires”.

Esta historia le sucedió a una tía cuando era joven.

Dice mi tía, que como toda niña, salía a caminar y jugar con los demás niños de por ahí, ella vivia en una finca, por lo que estaba en contacto con la naturaleza y era normal toparse con animales silvestres.

Un día, jugando con sus amigos, llegaron cerca del río, por lo cual decidieron bañarse y jugar un rato por ahí, después de bañarse y juguetear por un buen rato, pensaron en marcharse, ya que sus padres podrían preocuparse.

Después de secarse y vestirse, partieron de regreso a la finca, cuando de pronto, como ya comenzaba a obscurecer, mi tía sintió que algo le pasaba cerca de sus pies y vio con un poco de asco que se trataba de un sapo muy grande y de color negro.

Ella rápidamente intentó correr, pero no pudo, era como si sus piernas estuvieran paralizadas, entonces llamó a sus amigos, quienes cargando la llevaron a casa, en donde su mamá la curó con algunos remedios tradicionales.

Después de este incidente, su mamá le dijo que podría deberse a algún “mal aire” que tenía el sapo, pues a estos animales los usaban y a veces los siguen utilizando, los brujos y chamanes, para hacer limpias de males y mal agüero, es por esto que el animal absorbe el mal, hasta que alguien se acerca y se lo traspasa.