Todo comenzó una
noche cuando el padre de un amigo había salido con su hermano a cazar venados
cerca de un cerro, donde decían que se aparecían las brujas que eran como bolas
de fuego gigantes que se dejaban caer de lo más alto de la montaña solo para asustar a la gente que
pasaba por ahí.
Los dos señores
fueron persiguiendo un venado casi toda la noche pues se veía muy bien y lo
pensaron acorralar cerca de la punta del cerro donde lo matarían, cuando
llegaron a ese lugar el venado se metió a una cueva la cual era llamada la
cueva del trueno, pues se decía que cada vez que caía un rayo en la noche de
ahí salía el sombreron acompañado de un caballo negro.
Los hermanos al ver
que no llovía y que podrían atrapar al venado dentro de la cueva, entraron
hasta donde se encontraba el venado cerca de una gran piedra en forma de mesa,
entonces dispararon sus rifles y por fin mataron al animal, que habían
perseguido durante toda la noche.
Cuando se disponían a
salir de aquel lugar obscuro y húmedo escucharon a lo lejos los ladridos de
unos perros, pero no hicieron caso pues pensaron que así ladraban todos los
perros en la noche, con mucho esfuerzo iban caminando pues el venado pesaba
mucho y les dificultaba el paso cuando salieron de la cueva se quedaron
congelados, ya que había una manada de coyotes muy amenazadores que solo los
observaban como esperando ordenes de ataque.
Al ver a esta
criaturas pensaron en salir corriendo pero solo podían entrar de nuevo a la
cueva donde de seguro serian agredidos por esos voraces animales, bajaron el
venado y ya estaban a punto de correr cuando de entre los lobos apareció la
figura de un hombre que en la obscuridad solo se le podía ver los lujosos
adornos de su traje pues estos brillaban al ser de oro.
Aquel hombre les
pregunto por qué habían entrado a su cueva y ellos con mucho temor le
explicaron lo del venado, entonces él les dijo que era justo que compartieran
el botín de caza pues en su cueva era donde habían matado al animal ellos por
temor accedieron a esto, pero le dijeron que no traían cuchillo para partir al
venado.
El sombreron, con una
carcajada les dijo que no se preocuparan, saco un machete y con un solo golpe
le quito dos piernas al animal y dijo que era solo lo que quería, después de
eso los dos hermanos se fueron a su casa y contaron lo sucedido a su familia,
su madre les dijo que el hombre al que habían visto era el sombreron y los
coyotes eran su perros.
También les dijo que no les había hecho
nada por que fueron valientes al contestarle y aceptar su trato, pues este ser
aprecia mucho la valentía y la cosa más extraña fue que al ver los cortes de
las piernas del venado estos parecían haber se echó con un objeto metálico que
estuviera ardiendo al rojo vivo.
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