La siguiente leyenda es un poco corta pero estoy seguro que les gustara,
mi papá fue quien me la comento y a él se la platico su abuelita quien fue una
de las protagonistas de la historia cuando aún era una niña.
La historia paso hace muchos años en Ocozocoautla un municipio de
Chiapas que en esos tiempos era conocido como Coita, las personas eran muy
inocentes y creían más en las cosas sobrenaturales, además se desconocía la
causa de muchas enfermedades y por esto se le atribuían a entes malignos o
espíritus oscuros.
La historia comienza una noche en que las penumbras reinaban en el
pueblo y la única iluminación que se podían ver eran las tenues luces de
las velas, que permanecían encendidas en algunas casas, en las cuales sus
ocupantes por una u otra razón permanecían despiertos, desafiando a los entes
que se escondían en la obscuridad de la noche.
Una de las personas que permanecían despierta eran los integrantes de la
familia de mi bisabuela, quienes estaban terminando de cenar ya muy tarde y se
disponían a dormir, pero un ruido estremecedor rompió el silencio sepulcral de
la noche, este ruido era el de un galopar que se escuchaba a lo lejos y que
parecía ser el de un caballo con unas dimensiones descomunales.
Mucha gente se despertó al oír aquel ruido, pero por temor a lo que se
encontrarían si salían de sus casas, solo se limitaron a ver por la cerradura
de la puerta de sus casas, ya que en esos tiempos se usaban unas llaves muy
grandes por lo que también las cerraduras tenía una abertura grande para que
entrara la llave y por lo mismo en estas se podía ver claramente lo que pasaba
en la calle.
La familia de mi bisabuela no fue la excepción y vieron por aquella cerradura
el pasar de aquel caballo, que parecía una bestia pues era color negro con los
ojos como llamas y de sus narices sacaba fuego al respirar, pero esto no fue lo
más impactante ya que su jinete era aún más aterrador.
El jinete parecía una persona normal pero su tamaño, corpulencia y su
piel blanca, que lo hacía brillar en la obscuridad, le hacía parecer un ser de
ultratumba que había salido a sembrar muerte y destrucción por los lugares en
donde pasara cabalgando con su caballo infernal, se dice que paso por toda la
ciudad y al llegar al parque central le dio dos vueltas y se fue de ahí para
perderse entre las penumbras que una vez más regresaban a la normalidad.
A la mañana siguiente los padres de mi bisabuela estaban muy afligidos
ya que se tenían que ir del pueblo lo más rápido posible, pues una maldición
estaba a punto de invadir al pueblo y cobraría la vida de los desafortunados
que estuvieran en ese momento en aquel lugar, que en la noche del día anterior
había quedado maldito por un jinete desconocido.
La familia de la abuela de mi papá se fue a un rancho mientras que en el
pueblo se desataba una epidemia de cólera, la cual termino con la vida de
personas por miles y miles, en el rancho las personas no estaban en un lecho de
rosas, ya que muchos de los animales de consumo humano también habían caído víctimas
de la epidemia y las personas para sobrevivir tuvieron que comer carne de
zopilote y de mono.
Después de que paso la epidemia toda la familia regreso a su antigua
casa, pero en otra ocasión se repitió lo mismo solo que con otra epidemia, cosa
que después les contare. No se pierdan el segundo relato que publicare más
tarde.
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