En aquel cuarto
obscuro, apenas iluminado por un fino haz de luz proveniente del flash de su
celular, estaba Alfredo, sentado en el suelo muy asustado y tembloroso,
sollozaba mientras esperaba su turno… su turno de morir.
Todo comenzó
cuando él y sus amigos Roberto y German se pusieron a retarse entre ellos,
viendo que los retos ya les quedaban muy chicos propusieron hacerlos más
grandes y se toparon con uno que casi no se atrevieron a hacer. El reto
consistía en invocar a un espíritu o demonio dentro de la casa de alguno de los
tres, para desgracia de Roberto, fue su casa la elegida, y como el que se
echara para atrás tenía que pagar 1000 pesos, tuvo que seguir, con lo que
pensó, que sería un juego.
German, quien
inventó el reto, se encargó de todos los preparativos, pues se decía que su
abuela era una bruja que contactaba con el demonio, llegado el día para el
contacto, los tres se reunieron como a las 6:00 PM. Comenzaron el ritual
dibujando un pentagrama invertido, al cual le rociaron una especie de sal, que
según German estaba “curada” por su abuela, continuaron colocando una vela
negra en cada punta del pentagrama invertido.
Para finalizar,
German hizo un tipo de oración en un lenguaje muy extraño, la cual duró cerca
de 10 minutos, después de este tiempo la luz se apagó y se escuchó una horrible
carcajada, seguida de una voz ronca que decía:” YA ESTOY AQUÍ”. Luego se
encendieron las luces y nada extraño ocurrió ese día, viendo esto, todos
decidieron irse a dormir satisfechos de haber cumplido un reto más. En la
mañana como a las 7:00 AM, Alfredo recibió una llamada de Roberto quien estaba
muy asustado y quería verlo de inmediato.
Alfredo se
dirigió al domicilio de su amigo rápidamente y se topó con German, quien le
dijo que también había sido llamado por Roberto, ellos se entretuvieron
platicando en la entrada, pero un gran golpe los hizo entrar a la casa. Cuando
abrieron la puerta pudieron ver a Roberto tendido en el piso y junto a él
estaba parado un enorme bulto negro de ojos rojos que sostenía un corazón, el
cual, los espectadores, identificaron como el de Roberto.
Intentaron salir,
pero la puerta parecía estar pegada, el siguiente en morir a manos de aquel ser
fue German, quien intentó luchar contra él, pero fue arrojado de forma violenta
al piso y luego le sacaron el corazón por parte del demonio. En eso Alfredo
corrió entre la penumbra que reinaba en la casa, algo ilógico pues era de día y
llegó a el cuarto de Alfredo en donde vio que no tenía salida, solo pudo enviar
un mensaje de despedida a su familia por su teléfono celular y se quedó ahí
esperando el momento de su muerte.
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