Después de
las declaraciones del hijo mayor de Raimundo, los investigadores decidieron
continuar con el caso, cerca del granero de la familia Gonzales, en donde
encontraron un poco de pelo de la supuesta bestia, Alberto y la pareja de
forenses revisaron y analizaron los pelos encontrados y llegaron a la
conclusión de que se trataba de un jaguar.
Esta explicación era satisfactoria, pero
Alberto no estaba de acuerdo pues sabía que los jaguares, ya no habitaban esa
zona y que era muy inusual, pues estos animales no atacan a humanos para comer,
si no que prefieren cazar presas grandes, sobre todo las diurnas, por lo que no
había motivo de que atacara de noche.
Con las declaraciones de Alberto, Fernando
decidió continuar con la investigación, comenzaron con una identificación del
terreno, que los llevó cerca de un arroyo, en donde encontraron pedazos de
carne y siguieron el rastro de estos. Estos trozos de carne, los llevaron hasta
una cueva en donde encontraron el cadáver de un jaguar, todos pensaron que ese
era el misterio y decidieron llevar los restos del animal hacia el pueblo, en
donde serían estudiados con detenimiento.
Al llegar y después de un examen meticuloso, el
resultado dejó ver que el animal tenía tres días de muerto, murió en una lucha
pues parecía que otro animal lo había destrozado, en eso estaban, cuando llegó
Ignacio, le mostraron el cuerpo y él dijo que ese ser era muy parecido al que
había matado a su padre, pero no era ese, pues él lo recordaba más grande y con
garras y colmillos más desarrollados. Fernando y su equipo creyeron que la
descripción del chico era algo exagerada, por lo cual no hicieron caso de eso y
se quedaron en el pueblo por una noche más y al día siguiente se irían de ahí,
cerca de la media noche entre platicas y una partida de póker, el equipo de
Fernando comenzó a escuchar ruidos extraños fuera de la casa.
En tono de broma, Julio les dijo que tal vez
era un monstruo, que venía por el cadáver del jaguar, como el ruido afuera
seguía, decidieron que el que perdiera la partida de póker iría a ver de qué se
trataba, el perdedor fue Luis, por lo que tomó una lámpara y una pistola. Luis
salió de la casa y justo enfrente de él se hallaba parado sobre sus patas
traseras un enorme jaguar de casi dos metros de alto, el cual le propinó un
zarpazo en el cuerpo, derribándolo de inmediato por lo que Luis comenzó a
disparar.
Al oír los disparos los demás investigadores
salieron y solo pudieron ver, atónitos, como aquel jaguar mordía a Luis en la
cabeza arrancándosela de un tajo. Al ver aquello Lucia cayó al suelo
inconsolable, por lo cual fue la siguiente víctima de la bestia, al no poder
escapar como sus compañeros lo hicieron.
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