En muchas carreteras de México pasa lo
mismo que en esta historia, por lo que hay varias versiones, pero todas hablan
más o menos de lo mismo.
Cuenta la
leyenda que en una ocasión un taxista estaba dando su última ronda, antes de
dejar su carro, eran como las 2 de la mañana y mientras manejaba por un parque
se topó con una muchacha muy bella quien le hizo la parada. Él la subió en
seguida pues era la única persona que había solicitado sus servicios durante la
noche, la mujer le dijo que lo llevara a una dirección que se encontraba cerca
del lugar de donde la recogió, pero él no puso ninguna objeción, pues podría
ganar algo de dinero y pensó que la muchacha no quería regresar sola a su casa.
En el trayecto
el conductor trató de platicar con la muchacha, pero esta no le contestaba
ninguna de las preguntas que le hacía, por lo que la vio por el espejo
retrovisor y pudo notar que estaba muy pálida, pero a pesar de ello era muy
hermosa. Al llegar a la dirección en donde la chica le dijo que la dejara, esta
le pidió un poco de tiempo al conductor, diciéndole que no tenía dinero y que
iba a su casa a buscar dinero para pagarle, la chica entró en la casa, pero
nunca salió y el chofer tuvo que irse, pues ya se le había hecho tarde para
entregar el taxi al siguiente conductor en turno.
Al día
siguiente, el taxista regresó al lugar buscando una explicación de por qué la
chica no había regresado a pagarle. Al tocar la puerta, salió a contestarle una
anciana, a la cual el chofer le comentó lo sucedido, y ella con lágrimas en los
ojos, le dijo que la chica que había llevado aquella noche era su hija quien
había muerto diez años atrás. El chofer quedó impactado y la anciana le contó
que su hija había salido una noche a pasear, pero cerca de un parque fue
atropellada, muriendo al instante y que, desde ese momento, a varios taxistas
les había ocurrido lo mismo que a él.
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