Acelerando el paso cerca de un
pequeño río lo alcanzó la noche que para su desgracia era de un color negro
total pues no había luna en esa ocasión, tratando de no caer y calculando la
posición de los pasos caminaba siguiendo el cauce del río pues la casa en donde
vivía estaba a pocos metros de ahí.
Mientras caminaba escuchó como
alguien se le acercaba y él pensó que era algún campesino a quien también se le
había hecho tarde, pero le extrañaba por que aquella gente era muy estricta en
el sentido de que todos los pobladores debían estar en su casa al caer la
noche, siempre había tenido curiosidad por esta forma de actuar de los
habitantes de aquel poblado, pero nunca lo había comentado con las amistades
que tenía ahí.
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Rápidamente el maestro comenzó un
forcejeo con el ser de obscuridad y lo único en lo que pudo atinar a pensar fue
en rezar un padre nuestro y un ave maría, al terminar estas dos santas
oraciones aquel ser lo soltó y solo pudo escuchar cómo se arrojaba a un gran
vacío y caía en una especie de aguas profundas, pues oyó como si el espectro se
tirara un clavado.
Con los pelos erizados y con una
cara de horror llegó a su destino en donde no tardaron en cuestionarlo por su
aspecto y fue en donde a manera de desahogo comentó todo lo sucedido y pudo
agregar que aquel ser tenía el cuerpo peludo y despedía un olor asqueroso que
pudo sentir al momento del ataque.
El dueño de la casa le dijo que
aquel ser era un brujo que se convertía en nahual y que se llevaba a las
personas a una montaña cercana en donde habitaba, las mataba y siempre
encontraban los cuerpos de los muertos cerca del rio. Y con referencia al
clavado esto era imposible pues en aquella zona del río la presencia del agua
llegaba apenas a las pantorrillas de las personas, esto solo se pudo explicar
por qué aquel ser era un brujo del que se decía tenia pacto con el diablo.
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